Quizá se trate de entender que a veces las grandes enseñanzas vienen de adentro para afuera y no al revés.
Rabí Pinjas citaba a menudo las palabras: "El alma del hombre le enseñará" y las subrayaba agregando: "No existe hombre que no sea intensamente instruido por su alma". Uno de sus discípulos preguntó: "Si eso es así, ¿por qué los hombres no obedecen a su alma?" "El alma enseña constantemente", explicó Rabí Pinjas, "pero no se repite jamás".
Una de las herramientas más lindas para aprender es el silencio. Sin embargo pocas veces lo ejercemos, casi ni siquiera sabríamos cómo hacerlo. Estamos acostumbrados a aprender de las palabras, de textos, de películas o documentales, de clases teóricas o prácticas. Pero aprender del silencio implica aprender a escuchar qué pasa dentro de uno. La meditación, la oración o simplemente el dedicar a estar un tiempo concentrado en los propios deseos permite reajustar el proyecto propio que queremos desarrollar.