"No hay hombre libre salvo aquél que se ocupa del estudio de Torá" -Pirkei Avot, capítulo 6:2.
La Mishná comienza con esta declaración: "No hay hombre libre". Luego prosigue con un segundo enunciado: "salvo aquél que se ocupa del estudio de la Torá".
Quien subordina su mente y su "yo" a la Sabiduría y Voluntad del Todopoderoso, la Torá trasciende la naturaleza limitativa del mundo de lo creado. La Torá salta la insalvable brecha que existe entre lo finito y lo infinito. Es la Sabiduría y Voluntad de Di-s infinito, enunciada en términos que el ser humano puede comprender e implementar en su vida. El individuo que subyuga su ser a una vida devota a la Torá está conectado al infinito de Di-s y por ello alcanza la libertad a la que no tiene acceso el hombre más "independiente"
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