lunes, 3 de marzo de 2014

En el fútbol más humilde Árabes y Judíos conviven en paz

Los programas de noticias se llenan hoy en día de notas sobre revueltas sociales, violencia, muertes, discriminación  y problemas raciales. Un conflicto en particular lleva muchos años llenando miles páginas de periódicos y horas en radio y televisión por su complejidad y  por que una solución que beneficie a todos los involucrados parece estar eternamente lejos, el conflicto árabe-israelí.
Pero la violencia, los atentados terroristas por un lado y las reprimendas militares por el otro, no son la única realidad que se vive en el pequeño territorio que ocupa Israel. No toda la gente vive enfrentada y con el odio a flor de piel, existen muchas personas que buscan vivir en paz y el futbol más humilde les ayuda a acercarse a aquel que parece tan distinto pero que es más cercano de lo que se imagina.
En los estadios más humildes, en esos que están a años luz de la majestuosidad de los recintos seis estrellas de la UEFA, dos jóvenes israelíes reencontraron al futbol que los enamoró de chicos y que la mercadotecnia y los millonarios se robaron. Armados inicialmente con cámaras fotográficas y respaldados con un equipo de producción con cámaras de video profesionales, Gad Salner y Vadim Tarasov han captado una realidad pacífica, tolerante, incluyente y de armonía entre árabes e israelíes, compitiendo, y disfrutando de la pasión del futbol.
La Ciudad Deportiva habló en exclusiva con Gad para conocer las historias detrás de este proyecto fotográfico que nos presenta ese futbol humilde, el Kaduregel Shefel.
Gad y Vadim, ingenieros en informática, se conocieron a los 18 años durante el servicio militar obligatorio que se extiende hasta los 21 años. Su inquietud por el futbol de las divisiones inferiores nació de la envidia, “en Israel todos tienen un equipo local al cual apoyan y además un equipo extranjero, Barcelona, Manchester United. Nosotros envidiábamos las ligas inferiores de Alemania o Inglaterra, eso nos daba envidia y fue así como inició el proyecto, queríamos explorar la pasión de esas ligas aquí en Israel”.  Sin conocimientos de fotografía comenzaron a capturar esos momentos empujados por lo que Gad sostiene que es lo más importante tanto en el futbol, como en la vida. “En el futbol la única cosa que importa es la pasión, no siempre gana el mejor equipo pero sí el que lo desea más. Nosotros comenzamos con este proyecto sin ninguna experiencia, sólo con nuestra pasión”.


Gad tiene 29 años y, por extraño que parezca, en ocasiones visita pequeños estadios para tomar fotografías vistiendo la camiseta de Chivas con el nombre de Ramón Morales en la espalda. Su pasión es evidente desde el momento en que comenzamos nuestra conversación. Por más de cuatro años han recorrido todo el territorio israelí. De las zonas desérticas del sur, al paisaje más amable del norte, pasando por los incontables estadios tanto en poblados judíos como en localidades árabes y beduinas. Los equipos pertenecientes a los asentamientos árabes son parte de la Federación Israelí de Futbol y compiten en igualdad con los equipos de origen judío en los mismos torneos. Desde la organización de los campeonatos inicia esa inclusión de las diversas culturas. Las barreras se diluyen dando paso a la convivencia. “Hemos encontrado cosas de la cultura árabe en poblados judíos y viceversa. El futbol es algo que acerca esas diferencias. Es algo fantástico de ver y muy poca gente sabe de ello”, comenta Gad.
A pesar de lo que escuchamos, continúa la duda que asalta la mente de todas las personas al escuchar este relato: la violencia. Para resolver esta incertidumbre le preguntamos si ha presenciado algún episodio de violencia relacionado con la religión o el origen étnico durante los juegos de futbol dentro de la cancha o en las gradas.
Te parecerá sorprendente pero no. En las pláticas que damos en escuelas siempre surge esta pregunta, pero no, violencia nunca. De hecho nos sentimos mejor recibidos en los equipos árabes o beduinos. En un viaje a Umm, El Fahem, una ciudad árabe ubicada en la frontera entre Israel y Palestina, que es conocida por ser hostil, la policía israelí nos detuvo y pidió nuestras identificación porque creían que podíamos ser extremistas de derecha en busca de problemas. Esa ha sido la única ocasión en que nos hemos sentido incómodos o fuera de lugar.Siempre, siempre, nos hemos sentido bien recibidos y eso es gracias a la realidad de que judíos y árabes juegan juntos sin problema alguno. Por ejemplo, en un equipo beduino, el portero es un judío de origen ruso, y como esta anécdota existen miles de historias similares. Básicamente aquí todos somos inmigrantes, ya sea de Rusia, de Etiopía, de Rumania como mis padres, o como la familia de mi mujer, que su padre es de Irak y su madre de Escocia. Tenemos cientos de combinaciones diferentes con distintos orígenes.El futbol es una plataforma para compartir esa diversidad cultural. Cuando nos mezclamos judíos y árabes logramos una mayor diversidad cultural y eso es fantástico”.

Gad lleva casado tres años con Neta. Para su fortuna, Neta lo comprende y apoya totalmente en su pasión por este futbol pobre en dinero pero rico en pasión. Su complicidad llega a tal grado que para su último cumpleaños planearon un viaje al norte del país para celebrar, y en el camino, su mujer lo sorprendió al llevarlo a ver un juego de una liga local.
Ambas culturas se ven beneficiadas con el intercambio cultural. En la mayoría de las ocasiones los aficionados árabes escriben sus mensajes de apoyo en hebreo, incluso cuando se enfrenten dos equipos árabes en la cancha. El intercambio lingüístico ha sido constante desde hace muchos años, teniendo palabras que pasan de una lengua a otra.
Así como han descubierto un intercambio cultural mayor al imaginado, Gad y Vadim han podido conocer rasgos de la cultura árabe palpables en el mundo del futbol modesto. Uno de ellos es el arraigo con su ciudad o pueblo y eso se traduce en su apoyo incondicional al equipo de su localidad. “En ciudades de 20 mil personas pueden haber cinco equipos y cada uno de ellos puede tener más aficionados que conjuntos de la liga premier nacional. Para una persona árabe lo más importante es su familia, su ciudad, y por eso su apoyo al equipo local es mas importante y apasionado”.
Esa pasión de los seguidores árabes es tal, que equipos de cuarta división son capaces de congregar a varios cientos de aficionados. Cuando ganan un partido, sin necesidad de ser un juego importante, se ve gente en sus automóviles dando vueltas por el pueblo celebrando, y la fiesta puede durar toda la noche porque es algo muy, pero muy importante para ellos.


La forma en que se vive el futbol en esta región y como la expresan los aficionados se parece más a nuestra forma de vivirlo, de lo que algunos imaginarían. “En la Liga Premier Israelí muchos equipos han adoptado canciones de las hinchadas argentinas, como el Dale Oh y otros. El uniforme de uno de los equipos más grandes, el Maccabi Tel Aviv, es azul y amarillo, así que sus aficionados han tomado cánticos de la gente de Boca. Su máximo rival juega de rojo, así que sus seguidores hicieron lo propio con las letras de River. Los equipos de las ligas inferiores toman canciones de los equipos de la premier local. Así quepuedes escuchar en un estadio árabe de quinta división canciones tomadas del Hapoel Tel Aviv aunque no mantengan conexión alguna“.
Gad y Vadim crecieron como cualquier otro chico aficionado al futbol, apoyando a equipos de la primer a división de su país a la vez que volteaban la mirada a las grandes ligas internacionales. En el caso de Gad, apoyó al Hapoel Rishon Lezion a nivel local, y al Derby County en Inglaterra. Vadim se hizo seguidor del Bney Yehuda, y en el extranjero repartió su afinidad entre el Nápoles, Liverpool y Atlético de Madrid. Sin embargo, Gad asegura que después de un tiempo ”esa afición se fue desvaneciendo a causa de la comercialización, la obsesión con los ratings televisivos, y demás factores de la globalización, los cuales hicieron que esa pasión desapareciera”.
Adentrarse en el futbol modesto y pobre, les permite visitar estadios que les recuerdan una época en que las cosas eran más simples. Esto les devolvió la ilusión y el amor por el deporte. “Hay un estadio en el norte, en Majd El Krum, que es increíble. En la parte sur las tribunas son como jaulas, simples jaulas que ni siquiera son aptas para personas. En el lado norte, un buldózer sirve como grada para la gente; en el lado Este, un edificio sin terminar; y en el Oeste, una librería. En lugares y momentos como ése es cuando ves que la gente va a ver un juego de futbol, no porque sea lujoso y perfecto, sino por que es una pasión auténtica y todos se unen por dos horas sólo para ver un partido”.
Rahat es otra ciudad que es conocida por ser un territorio peligroso y difícil.Antes de viajar a esta ciudad del sur, la gente les decía que estaban locos; que no iban a regresar de ahí. Paradójicamente es ahí donde Gad y Vadim se sienten mejor recibidos y se ha transformado en su lugar favorito. El espacio donde juega el Hapoel Rahat difícilmente se puede llamar estadio, “básicamente las tribunas son una montaña de rocas de un lado, y del otro lo conforma una explanada de cemento sin ninguna comodidad. De hecho, no venden entradas porque no saben cómo controlarlo porque es un terreno abierto. Es fantástico ir ahí”.
En esa ciudad estigmatizada como peligrosa, y en ese estadio que parece todo menos un recinto deportivo, vivieron uno de los momentos más gratificantes a lo largo de sus viajes.“Fue fantástica la forma en que nos recibieron y la pasión que tienen por el futbol. Nos invitaron a pasar la noche y a unirnos a la fiesta de la ciudad. Cuando empezamos a hablar con la gente del club nos dijeron que tenían cuatro jugadores extranjeros, a lo que nosotros preguntamos sorprendidos cómo habían hecho para tener jugadores extranjeros en la quinta división. Nos respondieron que se habían expresado mal, que querían decir ¡jugadores judíos!, todos nos reímos, no era nada malo y nosotros entendimos el sentido de su comentario”.
Los jugadores han sido otra fuente de historias y anécdotas de lo más diversas. La mayoría de ellos son amateurs por lo que conjugan una profesión distinta al futbol con la práctica de este deporte. Uno de los personajes que ellos definen como más “interesantes” es Omri Cohen. “Él es el capitán del Kfar Qassem, un equipo de una localidad árabe, y es el hombre más importante tanto en el campo como en el vestuario. El es un chico judío que de lunes a viernes lleva un jardín de niños en Tel Aviv”. Otro ejemplo de integración y de amor al deporte por igual.
Otra anécdota interesante y cómica a la vez es la vivida con Yuri, portero de un  equipo beduino que conquistó el campeonato de la quinta división. “El club organizó una celebración a la cual fuimos invitados. Cuando llegamos, vimos una gran celebración que nunca imaginábamos fuera posible en un equipo de esa categoría. Música, comida tradicional, y una gran producción casi al estilo Hollywood. Con todo y la gran celebración, Yuri no se mostró contento en ningún momento porque no le habían pagado. Al final, todos los jugadores nos firmaron una playera y Yuri nos firmó fuck you”.
Tomando fotografías y conociendo a jugadores como estos se llega a olvidar a los ídolos de la infancia o por lo menos así fue para los realizadores de Kaduregel Shefel. Su origen rumano hizo que Gad admirara a Gheorghe Hagi, el mejor jugador rumano de la historia, aquel que nos maravilló portando el número 10 en la casaca amarilla de su selección en el Mundial del 94. Por su parte, Vadim encontró en un jugador de Cádiz a su futbolista más admirado. Kiko Narváez fue su ídolo de la infancia, recordando sus celebraciones como “El Arquero” en el Atlético del doblete.

El papel de la mujer en esta parte del mundo sigue siendo uno de los temas más complejos y complicados. Gad define su nivel de involucramiento como aficionadas al futbol: “entre cero y ninguno. En los poblados árabes es mucho más difícil ver a alguna mujer involucrada en el futbol. No estoy emitiendo ningún juicio, simplemente es parte de su cultura y tienes que respetarlo. Las únicas veces que hemos visto mujeres en los estadios, o están vendiendo comida, o han estado viendo el partido en una tribuna aparte, alejadas de los hombres”.
“Sin embargo, en Israel tenemos mujeres árbitro en las ligas inferiores. A pesar de lo que te acabo de decir, tendrías que ver el nivel de respeto que tienen cuando el colegiado es una mujer. Cuando es un hombre le gritan y le protestan. Cuando es una mujer muestran un gran respeto y el juego es menos violento. Es algo muy lindo de ver”.
Durante años hemos escuchamos cómo el proceso de paz en medio oriente va y viene, avanza y retrocede, pero nunca se llega a un resultado. Los propios afectados se muestran escépticos acerca de este tema. “Soy pesimista. Existe mucha gente en ambos lados que no permiten que se avance. Cuando empezamos con la filmación, la gente nos preguntaba si se trataba de otra película sobre coexistencia entre árabes y judíos, y nosotros les contestábamos que no. Y en tono de broma, les decíamos que nos importaba un carajo la coexistencia y la integración. ¡Por supuesto que nos importa!, pero nos concentramos en el futbol y tratamos de no involucrarnos en temas políticos. Hemos estado en todos lados y nunca hemos tenido ningún problema. Un ejemplo, la Federación de Futbol prohibió que los jugadores judíos usen el kipá dentro del terreno de juego, ya que no quieren involucrar ningún aspecto religioso o político. Creo que es lo mejor, no queremos arruinar el único puente que nos une. Digamos que el futbol tiene su campo de juego y la política tiene el suyo propio”.
Este trabajo que expone a través de cientos de fotografías como el futbol más humilde también sirve de lección social. “Para mi no es un shock que judíos y árabes jueguen juntos al futbol, pero para la gente con un punto de vista más conservador en ambos lados, los cánticos, los letreros, y demás elementos culturales hacen que aprendan más en un estadio, que a través de la televisión.Si te pregunto si sabías que un equipo de una ciudad árabe había ganado la Copa de Israel y nos representó en Europa, estoy seguro que me contestarías que no, porque lo quelos medios hablan es que Israel está en guerra. Si la gente permitiera conocerse mejor a través de los deportes, estoy seguro de que nos volveríamos más unidos”.
“Se que es una situación delicada, pero la mayor parte del tiempo vivimos en paz. El único espacio donde está a la vista de todos es en el futbol. En él todos son iguales, no puedes decir que un equipo perdió porque eran judíos o árabes.Dentro del campo de juego todos somos iguales, las reglas son iguales para todos. Israel es un gran ejemplo de cómo el futbol acerca las diferencias”.
Esto nos deja la idea de que el futbol, a pesar de que mucha gente asegura que no es más que un deporte, está por delante de los políticos y de muchas personas en este tema, algo con lo que Gad está totalmente de acuerdo. “Sin duda, tiene mucho mayor énfasis en las ligas inferiores. En la Liga Premier hay algunos casos en los que ciertos movimientos políticos se apoderan de partidos importantes. Sin embargo, en las ligas inferiores no existe este tipo de tensiones, lo único que hay es pasión por el futbol”.
Esta aventura de años ha rendido frutos y han expuesto su trabajo en importantes foros de su país, como lo son el Museo Nacional de Israel en Tel Aviv o el Peres Peace Center. El Amsterdam Total Football Festival llevó la exposición a Holanda. También se pudo ver en el Derby Quad del Reino Unido y en 2015 estará en el Museo Nacional del Deporte en LisboaEn la actualidad trabajan en una película que será dirigida por una mujer, Yael Nezer, quien aporta un punto de vista distinto y enriquecerá aún más este genial trabajo.
Cuando empezaron la exhibición de su trabajo la curiosidad los llevó a investigar si existían trabajos similares en otras partes del mundo. Fue así como llegaron a Federico Peretti y El Otro Futbol. “Cuando vimos su película y su libro de fotografías, quedamos asombrados. Fue increíble ver su obra. Es parte de la globalización, pero en un sentido positivo. Es fantástica esa unión sin estar involucradas grandes corporaciones o enormes cantidades de dinero, es simplemente el futbol más elemental”.
Además de dar a conocer la historia de convivencia y armonía que envuelve el futbol humilde en Israel, un objetivo primordial de sus autores es el transmitir alegría.“Es muy importante para nosotros que transmitamos la experiencia y lo mucho que nos divertimos haciendo la película y las fotos. Puede ser una obra pesada que habla de las dificultades de la vida, pero realmente queremos mostrar la pasión y la diversión de la gente, y de nosotros al hacer estos viajes”.
Gad Salner seguirá visitando los estadios más humildes de su país acompañado de Vadim Tarasov, con la esperanza de poder mostrar su trabajo en México, y así tener una mayor referencia de la nación azteca que una playera de Chivas comprada por un amigo y el recuerdo de Jorge Campos y sus célebres uniformes multicolores. Seguirán tomando fotografías buscando captar un nuevo momento que supere en su corazón aquella tomada en Kabul. Una imagen que para su autor representa la simplicidad, y al mismo tiempo la belleza de las ligas inferiores en Israel. “Hoy en día la gente quiere ir a un estadio como si se tratara de un concierto. Todo tiene que ser bello, es un acontecimiento al que incluso tienes que ir bien vestido. En la imagen puedes ver los contrastes. Por un lado las paredes casi cayéndose, la puerta casi arruinada, y por el otro el señor sentado es el encargado de la seguridad, representa el orden y la ley creando un cierto contraste con el entorno. Es difícil de explicar, pero para mi simboliza todo lo que el Kaduregel Shefel representa en Israel. Es muy lindo de ver”.
Publicado por: La ciudad deportiva

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